En los años 60, una humilde familia del norte de Córdoba emigró a la ciudad de Elche para trabajar en la floreciente industria del calzado. La familia asentó aquí las raíces de lo que sería una nueva vida dedicada a la fabricación de calzado.
En 1981, en un viaje a Japón, mi abuelo descubrió la tradición de usar unas zapatillas especificas para estar por casa. A su regreso a España, comenzó a hacer unas zapatillas de piel de una sola pieza fabricadas a mano para sus familiares y amigos.